viernes, 7 de octubre de 2016

No me gusta mentir, engañar, ni engañarme, menos andar en chismes. No todo está bien dentro del proceso.

No me gusta mentir, engañar, ni engañarme, menos andar en chismes. No todo está bien dentro del proceso.

¿Cómo pedir huertos y gallineros verticales… si no los practican sus predicadores ejemplarmente fomentándolos en la práctica nacional, -¿letra constitucional pasiva?- sembrándolos manteniéndolos en sus sitios de habitad vivienda como ciudad toda por equipos, ¿familia, sociedad docente y ecología socialista? en los centros educativos escolares ni universidades pertinentes? Lo que se observa es contaminación, indolencia ecológica a su alrededor, esperando que otros lo hagan, -los obreros del Estado- ¿La injerencia fascista viene a hacerlo? ¿Estado Comunal o nada? ¿Eco socialismo?
Hacia la maximización en calidad del bienestar colectivo y su obligante mercado competitivo interno para el externo
Todos quieren ser dirigentes conductores, nadie quiere ser agricultor, laborar en abono de la revolución, parafraseando Antonio Gramsci. Activista político italiano, fundador del Partido Comunista (Ales, Cerdeña, 1891 - Roma, 1937).

¿Cuál es el autentico y original espíritu crítico del socialismo? ¿Cuál y cómo  es su doctrina, humanista o capitalista?
¿Por qué la economía aún es con métodos capitalistas y sus objetivos liberales?
¿Por qué el pueblo paga los costos sociales económicos y morales de la crisis política económica infligida?
¿Cómo hacer revolución desde el auto impuesto subdesarrollo colonialista actualizado y un Estado que no quiere oír al pueblo afectado por la crisis? Hacia el des-aburguesamiento estatal como popular como consecuencia colonial histórica sionista

Hacia el método inédito del paradigma socialista, ¿cómo abordar ésta nueva coyuntura política económica? ¿Qué estrategias le competen? Con ética, voluntad política, desclasamientos de privilegios entre la oligarquía conservadora “socialista”  en la realidad sociopolítica, sin mentiras, y a través del fomento de las virtuosas competencias ciudadanas, el poder popular moral.
Efectué Usted su propio juicio.
¿Fascismo “socialista” en Venezuela o humanismo como método ceñido a la doctrina e ideológica de los  derechos humanos humanistas, como método al socialismo efectivo, eficiente y eficaz en, con, y para el pueblo? El Estado ético lógico, relevante del concreto socialismo científico.

EDITORIAL

Los movimientos sociales, como los movimientos históricos y culturales, pueden darse vuelta y convertirse en antimovimientos sociales. Es lo que sucede cuando un actor social, por ejemplo, se identifica completamente con una apuesta cultural y rechaza entonces a su adversario como enemigo, traidor o simplemente obstáculo que hay que eliminar. Se quiebra entonces lo que define un movimiento social, es decir el conflicto de actores por la gestión social de una apuesta cultural, y el accionar que cuestionaba las orientaciones sociales se degrada a secta o a movimiento autoritario.

Los movimientos sociales cualquiera que sea su especie, contienen en si mismo una aspiración democrática, procuran dar la palabra a quienes no la tienen, mientras que las acciones revolucionarias siempre sueñan con la purificación de todo: la política, la economía, la cultura, la sociedad; busca la creación del hombre nuevo y la erradicación de todo lo contrario a esa unanimidad que no tiene otra razón de ser que plebiscitar un poder totalitario.Así como un movimiento social no es una simple e insípida campaña de reformas, tampoco es una lucha a muerte.

Un movimiento social no esta ligado a una situación revolucionaria ni a un discurso ideológico o a una dirección política, sino a la capacidad de un actor de elaborar una praxis, es decir de comprometerse con un compromiso social pero sin defender intereses de particulares o que exclusivamente benefician a dicho actor y por lo tanto un movimiento social tampoco podría encausarse al aniquilamiento del adversario.El actor que define a su adversario en términos no sociales, como el “mal absoluto”, cree tal vez fortalecer su movimiento al demostrar su carácter radical, pero de hecho se ve arrastrado al peligroso y seductor camino de los antimovimientos.

Reducir los movimientos sociales a las formas más ideológicas de la acción significa caricaturizarlos, pues son las más alejadas de las prácticas, y cuando no lo son y si están en la práctica pero poseen un alto contenido ideológico se debe a que el movimiento se transformó en un antimovimiento de orientación autoritaria o totalitaria.Todas las formas de absolutas de movilización ideológica, la identificación de una actor social con una Dios, la Razón, la Historia o la Nación , provoca la destrucción de los movimientos sociales, ya que las ideologías que se creen las más radicales son las que sustituyen la pluralidad por el uno, el conflicto por la homogeneidad, impugnación por manipulación. Los dirigentes y los intelectuales revolucionarios, populistas o integristas, son agentes activos de destrucción de los movimientos sociales.


En este ir y venir de piropos románticos a la sociedad civil organizada, a los colectivos y organizaciones no gubernamentales, nos hemos olvidado de toda autocrítica. Hay líderes de organizaciones civiles que replican dentro de ellas los mismos mecanismos de opresión y poder contra los cuales se suponía que trabajaban. ¿Desde cuándo hemos dejado de ser ciudadanos iguales en dignidad y derechos para convertirnos en divas de difícil alcance? Yo creo que desde que descubrimos que nuestras luchas reditúan beneficios. Desde que olvidamos la línea que nos divide, en atribuciones, de quienes ejercen el poder del Estado.
La corrupción no es un asunto de alcaldes y presidentes; nos atraviesa a todos por igual y todo en algún grado la validamos. En contradicción con lo que afirma Paulo Freire, “el oprimido no sueña con ser libre, sueña con ser opresor”. Basta sólo un poco de atribuciones adicionales, sólo una pizca de poder que nos coloque por encima de nuestros pares, para comenzar a tejer redes de amiguismo, compadrazgo, corrupción y autoritarismo. Es ésta la génesis de los juniors, las ladys, los gandallas y losinfluyentes, del “no sabes con quién te estás metiendo”.
La segunda es con respecto a los protagonismos en las organizaciones. ¿Qué nos hace creer a los defensores de Derechos Humanos que merecemos un trato social y mediático superior al de cualquier persona? Aquí no hablo tampoco de las distinciones normativas ni de los mecanismos de protección que tanta falta hacen para proteger a la lucha social. Hablo de aquellos que creen que su posicionamiento es más relevante incluso que el de otras personas que defienden la misma causa. Que creen que es su derecho inalienable el encabezar una marcha porque tienen “mayor capacidad de movilización” que un activista espontáneo. ¿Es necesaria la carrera y credencialización de las personas que deciden movilizarse un día por alguna causa concreta?
Esto es una invitación a no olvidar que aquellas personas que hoy ejercen el poder de forma autoritaria, y que reprimen los sueños de las personas de manera brutal, ayer fueron formadas con los mismos valores e ideas con los que nos movemos hoy los ciudadanos de a pie. Incluso algunos fueron ayer líderes de movimientos sociales. Hay que tener presente que la corrupción nos atraviesa a todos y que son las personas las que deben encabezar los movimientos sociales, no las estructuras corporativas. No somos pueblo bueno contra gobierno malo. Somos pueblo contra sus propios vicios y concepciones erróneas del ejercicio del poder a cualquier nivel.