jueves, 22 de enero de 2015

Un activador cultural


Un activador cultural es en este sentido, como dice Galeano , “testimonio de lo que somos”, recoge desde la comunidad su voz, y junto con la comunidad se hace voz de la comunidad. Es “profeta de la imaginación”, su bandera es la invención, la creatividad y es voz de lo que estamos en posibilidad de ser, es portavoz de un lenguaje nuevo y nuestro, anuncia junto a los cambios posibles a realizar los caminos y metas a dónde debemos dirigirnos. Es espejo de denuncia, es combatiente en una guerra en donde con múltiples y variados enemigos no se nos permite ser.
 Un activador cultural se acerca a lo que llamaba Gramsci como un intelectual orgánico. En el sentido de que no se parcializa por ninguna forma de ver la realidad y si las articula entre sí. Se mira el bosque y se mira el árbol. Es tan importante la visión planetaria de la realidad como la visión comunitaria de la misma. Se organiza y vincula la teoría con la práctica. Es decir que el conocimiento de la realidad no se logra gracias solamente a la investigación desde los libros o los conceptos teóricos, sino que la teoría se realiza desde la investigación de la realidad con y desde la gente, y con la evaluación de la práctica se reformula la teoría o la visión de la realidad. El activador cultural orgánico, relaciona los distintos enfoques de la realidad misma. Las visiones ecológicas, sociales, políticas, éticas, organizacionales, culturales, para a la hora de planificar y diagnosticar en comunidad esos elementos son tomados en cuenta e integrados a una visión total

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